Conformamos una Congregación religiosa internacional, perteneciente a la Iglesia Católica y oficialmente conocida como “Sociedad de San Francisco de Sales”, si bien somos más comúnmente conocidos como “Salesianos de Don Bosco” (SDB).

Nuestra Sociedad fue fundada en 1859 en Turín, Italia, por San Juan Bosco, un santo educador que tendió la mano al éxodo de jóvenes sin rumbo y sin hogar, que migraban a las ciudades del norte de Italia a raíz de la revolución industrial. San Juan Bosco fue pionero en el sistema de enseñanza basado en la razón, la religión y la amabilidad que logró grandes progresos en aquellos niños, niñas y adolescentes. En la actualidad, los Salesianos de Don Bosco nos definimos como hombres seguidores de Cristo poniéndonos totalmente al servicio de los jóvenes, especialmente de los más pobres y necesitados. Nuestro fundador nos heredó su estilo amable, alegre y cercano, fundamentado en la espiritualidad de San Francisco de Sales y una fuerte devoción a la Virgen María bajo la advocación de “Auxiliadora de los Cristianos”.

Por más de 150 años hemos acompañado sus procesos de crecimiento y fe. Actualmente estamos presentes en más de 133 países. La Familia Salesiana se conforma por religiosos y laicos que, de muchas maneras, trabajan por y para los jóvenes, compartiendo el espíritu y la misión de nuestro fundador. Juntos atendemos a millones de niños, niñas y adolescentes, todos los días, en casi todo el mundo.

En México, la presencia Salesiana surgió por la acción e iniciativa tenaz de buenos cristianos que promovieron con insistencia la llegada de los Salesianos al país. Su esfuerzo tuvo como fruto la autorización y el envío de los primeros Salesianos por parte del beato Miguel Rúa, el primer sucesor de San Juan Bosco, quien, otorgó el nombramiento de Salesianos Cooperadores a aquellos nobles colaboradores.