A 30 años de la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989, Asamblea General de las Naciones Unidas) y de su ratificación en México (1990), las tareas siguen siendo numerosas y urgentes. es prioritario generar acciones que permitan subsanar las carencias que padecen los niños y las niñas en diversas dimensiones del bienestar y garantizar las condiciones para el pleno ejercicio de sus derechos.  

En particular, es importante atender las necesidades de niños y niñas en situación de pobreza, considerando que la población en primera infancia (niños y niñas menores de 6 años) tienen mayor probabilidad de ser pobres, pero también de estar en condición de pobreza extrema. Las acciones que coadyuven en la erradicación de la pobreza deberán estar encaminadas a resolver los problemas de vivienda donde residen los niños y las niñas.

Las necesidades insatisfechas en la población infantil se manifiestan en problemas de malnutrición y salud. Se considera inseguridad alimentaria, cuando al menos uno de sus integrantes (niño o adulto), ha tenido una dieta poco variada por falta de recursos económicos.

La ingesta insuficiente o inadecuada de alimentos puede ocasionar problemas de desnutrición, obesidad y anemia. 

En  México,  la  asistencia  de  los  niños  y  las  niñas  a  la  escuela  es  obligatoria  entre  los  3  y  los  17 años.  Sin  embargo,  niños  y  niñas  en  este  rango  etario  no  acuden  a  un  centro escolar, un problema que se presenta con mayor frecuencia entre quienes debería estar inscritos  en  preescolar  y  en  educación  media  superior.